Está ubicada en el noroeste de la península, a solamente 248 kilómetros de la capital española, de Salamanca se encuentra a 62 kilómetros, 90 kilómetros de Valladolid y ciento diez kilómetros de la localidad portuguesa de Braganza.
Su importante localización, en una confluencia de caminos, en la destacada Vía de la Plata y la calidad de los servicios de su variada oferta cultural y turística, convierten a Zamora en un lugar muy especial.
Es una ciudad tranquilla, bella y que se puede pasear alegremente por ello. Tiene una población de 66.000 personas, por lo que puede presumir, de ser una ciudad pequeña, pero al mismo tiempo gran en patrimonio, cultura e historia.
La capital zamorana, alberga el mejor románico urbano de la Península Ibérica, con más de veinte construcciones de este estilo. El Duero, el maravilloso río de Portugal y Castilla, preside la capital y es un icono de referencia en el turismo.
Es una capital con mucha historia y patrimonio, la catedral y la cúpula gallonada, un sutil toque modernista, la destacada historia medieval, con grandes leyendas y personajes ilustres como el Cerco de Zamora, el Cid Campeador, el Rey Alfonso VI y Doña Urraca, además del Museo dedicado a Baltasar Lobo y el Castillo de Zamora.
El arte tiene su parcela, algunos artistas zamoranos tienen una importante proyección a nivel internacional como Coomente y Baltasar Lobo, además se ha recuperado recientemente la Bienal de Arte Contemporáneo.
Los poetas zamoranos también son importantes, destacando de forma especial León Felipe y Claudio Rodríguez. El arte aparece en estado puro, a lo que hay que unir la calidad paisajística y gastronómica de la ciudad, que es digna de paladear y conocer.
Todos estos recursos, la capital zamorana los está convirtiendo en grandes productos turísticos relevantes, contemporáneos, llenos de emociones y provocadores de vivencias.
Recursos que unidos con la versatilidad y calidad del turismo (hospedaje, comercio y restauración) y una buena relación precio / calidad, la convierten en una de las capitales españolas, que la convierten en una ciudad con ofertas plásticas y abiertas, que pueden adecuarse a un turismo segmentado y especializado.