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Los tres platos que destacan en la gastronomía de Ávila son el Chuletón de ternera, las Judías del Barco y las Yemas de Santa Teresa. Con un menú de este estilo, quedarás satisfecho, agradecido y listo para continuar las maravillas que guarda la capital abulense.
Un menú de este estilo es el reflejo fiel de la gastronomía de Ávila, basada en los productos ganaderos y agrícolas de esta provincia con una variedad climática y geográfica. Por esto, la legumbre es tan conocida al variar la judía la carilla y barcense de las riberas del río Tormes, con el garbanzo de La Moraña, situada al norte e la provincia.
Por su parte, en las carnes destacan el cordero del Valle de Amblés, el cabrito de Candeleda y el tostón o el cochinillo asado del norte de la provincia.
Por supuesto, en Ávila también puedes ir de pinchos, con tu consumición te ofrecerán un pequeño manjar de toda clase: las mollejas, callos, tortilla de patatas, la empanada, bocatines, etc.
Si quieres un menú más sustanciosa, te recomendamos las tradicionales sopas castellanas o de ajo, siempre con el gusto a pimentón de Candeleda o los productos de la matanza, que se mantienen en ollas sumergidas con su propio aceite, de ahí que se llaman chorizo o lomo de olla.
Si prefieres el pescado, puedes elegir por las famosas truchas fritas, en escabeche o al horno. Y también el bacalao logra magnificas formas de preparación: al ajo arriero, rebozado, con salsa de pimientos, etc.
Puedes acompañar los paltos, con los vinos del terrueño con un sabor contundente y recio, originarios del área del Alberche. Afrutados y edulcorados, los hallamos como limonada durante la Semana Santa.
El postre más saludable, sin duda es la fruta: como las manzana reina del Barco de Ávila, los melocotones de Burgohondo, el higo de Poyales, la cereza del Valle del Tiéar, etc.
Para los más golosos, además de las famosas yemas existe una gran diversidad de dulces típicos como las perrunillas, mantecados, jesuitas, amarguillos, torrijas, empiñonados, etc. Ávila está llena de buenas pastelerías.
