Las Pedroñeras, es una villa de Cuenca con una historia de más de quinientos años, que cuenta con una riqueza patrimonial, histórica y medioambiental de gran valor.
Durante mucho tiempo, tierra de paso y de nadie, Las Pedroñeras tienen ese nombre por su fundación sobre piedras, ubicada en un montículo rocoso, que se utilizó para su cimentación y donde se edificaron las primeras viviendas y la antigua Iglesia de Santa María, en la actualidad desaparecida.
El casco antiguo, mantiene muestras evidentes e importantes de la arquitectura manchega tradicional, está clasificado como uno de los mejores de la comarca de la mancha de Cuenca.
De relieve único es el Conjunto de la Plaza, ubicado en el centro. Alrededor de la misma, de manera rectangular y regular, se hallan algunas de las construcciones más destacadas como la Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, el Ayuntamiento, la vieja residencia de los Jesuitas y otras viviendas de estilo popular.
La figura de las construcciones, la gran parte datan de los siglos XVII y XVIII, muestran un carácter puramente agrícola: casonas labriegas, posadas, casas – palacio, grandes construcciones.
A Las Pedroñeras, se le considera la capital del ajo, ya que está documentado el cultivo de este producto desde el año 1849. Actualmente, el potencial económico de la localidad continúa basándose en el cultivo, manufacturación y venta del valioso Ajo morado, convirtiéndola en uno de los mayores productores de la Unión Europea, con una producción anual que supera los sesenta millones
En el 2000 se creó la Fundación del Consejo Regulador para la Indicación geográfica protegida del Ajo Morado. El área de producción, envasado y manipulación comprende más de doscientas localidades de las provincias de Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Toledo, impulsando su expansión y comercialización por los mercados, etc.
La gastronomía de este municipio manchego es tradicional, utilizando como ingrediente principal en muchas ocasiones el ajo, preparando platos como el ajoarriego, la sopa de ajo, la caldereta de cordero, el conejo al ajillo o el revuelto de ajetes, junto con otros platos de asados y fritos en los que aparece el ajo de forma constante.
Otros platos tradicionales del municipio son los que se preparan para cultos religiosos o fiestas, como el potaje de Semana Santa, las tortas de Jueves Lardero, las orejetas de fraile, el arroz de polvorín, el puñao de San Antón y San Julián, que es una peculiar mezcla de frutos secos.