Calles adornadas al estilo medieval, fastuosos desfiles, luchas placidas y emocionantes… son algunas de las características de las Fiestas de Moros y Cristianos, jornadas repletas de magia, espectáculo y leyenda. Disfrutará de unas fiestas únicas, en las que participan cientos de personas cada año, intentando superarse en esplendor y luminosidad.
Las Fiestas de Moros y Cristianos, son muy antiguas y tienen una larga tradición, ya que se celebrará desde últimos del siglo XVI. Rememoran, reproducción de una forma festiva, la contienda que existió en el siglo XIII entre las tropas cristianas y musulmanas por la dominación de España. Se efectúan en homenaje al santo patrón, que tiene un papel primordial en la contienda, por su intervención los cristianos salen victoriosos, a pesar que las tropas moras les excedían en número.
La grandiosidad y el ambiente popular de estas fiestas han propiciado que se extiendan a numerosos lugares del país, aunque se hallan principalmente localizadas en Alicante y Valencia. Hay muchas variantes de estos festejos, ya que cada municipio de acuerdo con su historia, agrega elementos que los diferencian.
Destacan las fiestas de los municipios de Villajoyosa y Alcoy, las dos declaradas de Interés turístico Internacional. Participando en esta recreación, tendrá la posibilidad de conocer una parte de la historia española, mientras disfruta de una deslumbrante fiesta.
El comienzo de los festejos, es un autentico espectáculo, el acceso de las dos tropas a la ciudad. Desde la mañana, las ventanas, balcones y las calles se llenan de gente para no perder ni un detalle. Al son de la música, con toda majestuosidad y boato, las diversas agrupaciones que componen el bando cristiano y el moro irán desfilando, llevando lujosas vestimenta. Suele ser uno de los actos más destacados, por ejemplo en Alcoy en el desfile participan más de cinco mil personas.
Otra parte de los festejos, son las ceremonias religiosas que se celebran para homenajear al patrón. Pero el momento más emocionante, es la Batalla final, que está precedida por las llamadas embajadas en el castillo, en las que cada tropa lee un texto para convencer a la parte rival. Las negociaciones fracasarán, y entonces comenzará la batalla simulada, en la que se gastan cientos de kilos de pólvora, que finalizará con el triunfo de los cristianos.
Con el término de la contienda, terminan también los días festivos, repletos de fastuosidad, color y alegría. Pero siempre le quedará el próximo año para disfrutar de nuevo de la fiesta.