El Camino de Santiago a su paso por Burgos, ha tenido tanta influencia en la configuración urbana de la ciudad que el actual plano, ha mantenido con exactitud el diseño histórico que hacían antiguamente los peregrinos que pasaban por la ciudad.
La Calle de las Calzadas, con este evocador nombre es innegable su procedencia jacobea. Al final, se erige el convento restaurado de estilo renacentista de San Bernardo.
Los peregrinos son recibidos en la Plaza de San Juan, dónde ubica el Monasterio de San Juan, el Museo de Marceliano Santamaría, la Iglesia de San Lesmes y el Hospital de San Juan (actualmente la casa de la cultura).
Después de atravesar el puente de estilo medieval sobre el Río Vena, pasareis por el Arco de San Juan hasta dirigiros a la Calle de Avellanos, con la vieja calle de Fernán González.
En las calles burgalesas por donde pasareis podréis apreciar los originales balcones de madera y las galerías, que adornan prácticamente todas las viviendas.
Antes de que continuéis dirección a la Catedral, es aconsejable que hagáis una parada para visitar la Iglesia de San Gil, de estilo gótico. Aún quedan algunos vestigios del Palacio del Cubo de estilo renacentista, del esplendor medieval de la Calle Fernán González.
Esta calle os llevara hasta la Catedral, y descubrir una de sus vistas más extraordinarias.
Después de visitar esta obra de arte gótica, declarada como patrimonio cultural de la humanidad, debéis de visitar la Iglesia de San Nicolás de Bari, con un precio retablo de piedra obra de Francisco de Colonia.
Por la misma vía y pasando por los alrededores del Arco de Fernán González, el Solar del Cid y el monumento al Empecinado se erige el arco de San Martín de estilo mudéjar, por el que se abandona el casco amurallado y antiguo de la capital burgalesa.
Por las calles de Villalón y el Emperador y de Villalón bajareis hasta el Puente de Malatos, para atravesar el Arlanzón.
En el Parque de El Parral, podréis descansar bajo la sombra y encontrareis fácilmente el Hospital del Rey la Capilla de San Amaro.