Una visita al Parque minero de Almadén, empieza por las instalaciones mineras ubicadas en la superficie, concretamente en el Centro de visitantes y continua por los viejos talleres y los castilletes de los pozos de San Teodoro y San Aquilino.
Antes de recorrer las galerías subterráneas, se visita el Centro de interpretación de la Minería, dónde te darán los conocimientos previos mínimos sobre la evolución de la historia en las labores de la mina.
Se encuentra situado en un viejo edificio de compresores. Está dedicado por completo a la mina, mostrándose detalladamente con sistemas audiovisuales, los distintos sistemas de explotación que se han sucedido en las distintas épocas en la mina, con las labores vinculadas con la extracción del mineral.
El recorrido por el interior de la mina se efectúa descendido por el Pozo de San Teodoro hasta la primera planta, en una jaula de mina, a una profundidad de cincuenta metros. El recorrido a pie, tiene lugar en una mina real, explotada durante los siglos XVI y XVII.
En la mina subterránea, con una profundidad superior a 700 metros, se ha recuperado un espacio para que sea visitado por el público, con las garantías de seguridad máxima.
Después de visitar las áreas de explotación de hurtos, de cielo o testeros y de bancos, las labores que se realizaban en el siglo XX llegan al espacio más importante, el Barritel de San Andrés con su fastuoso malacate y a la galería de forzados, por la que se conducía a los presos desde la cárcel hasta trabajar a la mima. Después, se accede por medio del pozo de San Teodoro otra vez, a una galería superior.
La salida a la superficie, se efectúa en un tren de vagonetas, habilitado para los visitantes. La visita prosigue en el exterior, en los hornos de Alúdes del siglo XVII, la Puerta de Carlos IV, su horno de tejerras y la puerta de carros con su calzado.
En el Museo del Mercurio, se hallan salas dedicadas a la paleontología y geología de la comarca, experimentos interactivos sobre la química y la física del mercurio, la historia de la metalurgia de este metal y su trasporte hasta el continente americano.
La visita finaliza volviendo en los minibuses eléctricos al Centro de visitantes, dónde podrás comprar algún recuerdo vinculado con la visita, además de poder disfrutar de otros servicios: información, aseos, cafetería, restaurante, etc.