A esta localidad de Guadalajara, se la conoce como la Puerta de la Alcarria, viniendo desde la capital española hasta la ciudad condal. Vigila y culmina un valle estrecho que fue la morada de los Caballeros Templarios y por el que pasó siempre el Camino Real.
Su localización, junto a la Autovía de Barcelona, es el factor principal para el progreso de la localidad, resultando el origen de amplias superficies industriales, formadas por medianas y pequeñas empresas que dan trabajo.
Este motivo, ha propiciado la integración de la localidad en la llama Zona del Corredor de Henares, particular de la provincia de Guadalajara, por ser el núcleo más importante de actividad industrial.
Podrá descubrir esta bella localidad no solamente durante la Ruta de los Castillos de Guadalajara, sino además recordando los pasos que dio Camilo José Cela, en su inmortal Viaje a la Alcarria.
Torija, cuenta con una gran variedad de monumentos, típico de las localidades castellanas, destacando su Castillo imponente, culminando el valle que lleva hasta Guadalajara capital, su maravillosa Iglesia renacentista y su muralla. El patrimonio artístico – histórico se completa con magníficos entornos y parajes naturales, como el Pico de la Cantera o el Ardal.
El Castillo, es una fortaleza de la Familia Mendoza del siglo XV, que desde que llegó a Castilla, estuvo vinculada con la localidad. Es de planta cuadrada y tiene una delgada Torre del homenaje y varios cubos cilíndricos. El Museo del libro Viaje a la Alcarria, está ubicado en la Torre del Homenaje.
A los pies de la fortaleza, se halla la Plaza de la Villa, que mantiene el estilo de las características plazas castellanas antiguas, rodeada de diversos soportales.
Rodeadas de antiguos soportales, que guardaban el mercado en pasadas épocas se sitúa la Plazuela de las Iglesias y los vestigios de la muralla medieval, la Barbacana es en la actualidad un mirador.
La Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, del siglo XVI, es de estilo gótico y renacentista, fue edificada sobre los vestigios de un templo de estilo románico anterior.
Un vestigio de la época medieval es la Picota, que data del siglo XVI y fue levantada al ser concedido por el Rey el título de Villa. También está la Picotilla, fechada en el siglo XVIII.