Algo que no debéis perderos durante los Viajes Budapest es sin duda recorrer las dos zonas en las que se divide la capital húngara.
Si hacéis el recorrido libremente a pie, podréis comenzarlo subiendo en el funicular que sale de la Plaza de Adam Clark, dónde se sitúa el kilometro cero cerca del Puente de las Cadenas y asciende hasta el Palacio Real.
Ese lugar es perfecto para valor la panorámica singular de la ciudad y vivir el verdadero ambiente del centro de Buda. Ahí, las construcciones antiguas que han sido testigo del glorioso pasado de la ciudad, se muestran esplendorosas, como la Iglesia de Matías, que ha sido testigo mudo de hechos muy importantes, es el centro del Barrio del Castillo, que a su vez es el centro de esta zona de la ciudad. Es uno de los sitios más bellos y románticos de la capital húngara. Está prácticamente cerrado a la circulación de vehículos, así que es ideal para pasear observando las hermosas muestras de arte o arquitectura, o hacer una parada en alguna terraza o degustar la gastronomía húngara en un restaurante.
Próxima al palacio se localiza la Plaza Dísz, la vieja playa del mercado cuyos extremos, todavía conservan los vestigios de las viejas puertas de la ciudad. Las calles sinuosas y las construcciones estrechas que abundan por el barrio, son las huellas de los tiempos medievales. Los bellos palacios rococó y barrocos son de tiempos posteriores a los turcos.
Lugares significativos del recorrido por este barrio, son la Plaza de la Santísima Trinidad, ubicada frente al acceso principal de la Iglesia de Matías. El Bastión de los Pescadores, desde donde se contemplan las mejores vistas del Danubio y de Pest, el Museo de Historia Miliar, la Iglesia de María Magdalena y por supuesto el Palacio Real, que en la actualidad alberga distintos museos en su interior, como la Galería Nacional Húngara y el Museo de Historia de Budapest.
En uno de los patios del Palacio Real, se ubica la hermosa Fuente de Matías, que es una representación de la caza. Si arrojáis a la fuente una moneda, volveréis a la ciudad, por lo menos eso dice una vieja tradición.
Las calles pintorescas que componen el Barrio del Castillo, fueron construidas sobre los cimientos de la época medieval y aún mantienen algunos restos de esa época.
Si queréis visitar una vivienda actual, os aconsejamos la Casa de los Vinos Húngaros, dónde abonando la entrada que tiene un precio módico, podréis degustar más de cincuenta vinos del país, y descubrir sus orígenes y como se elaboran.
La visita por la zona de Pest, la podréis empezar por el mismo lugar que comenzó la de Buda, por el Puente de las Cadenas.