Más que una metrópoli, Marrakech es una joya pulida por la hospitalidad y la historia, que desde hace muchos años, los visitantes se sientan durante su visita como en su verdadero hogar.
Al ser una gran ciudad con mucha vida, es difícil perderse así que os vamos ayudar con que ver en Marrakech sin perder tiempo y descubriendo los encantos de esta enigmática ciudad marroquí.
Jardines de Majorelle
Albergan una gran colección, de plantas procedentes de diversos lugares del mundo, que florecen con exuberancia junta a la villa art decó y los distinguidos estanques. Las cenizas del conocido diseñador francés Yves Sant Laurent se guardan este idílico lugar.
Desde este rincón encantador de la ciudad, se puede coger una de las diversas calesas que circulan por la ciudad, que os llevara hasta el famoso palmeral, otra de las visitas imprescindibles.
Menara
Es uno de los sitios más emblemáticos de la ciudad. Esta elegante construcción, inconfundible por su tejado verde, está cercada por un gran estanque.
Los días más calurosos del verano, es el lugar dónde acuden las familias para mitigar el calor.
Gueliz
Es la zona más moderna y cosmopolita de la ciudad, en ella se suceden los salones de té y los cafés con amplias terrazas, es el mejor lugar para descansar después de recorrer la ciudad tomando una bebida refrescante o un delicioso helado.
Medina
En la medina y sus zocos, tendréis una gran cantidad de alimentos, artesanía y telas para llevaros de recuerdo. Se encuentra resguardado entre las murallas del siglo XII, una combinación indescriptible de tradición y modernidad.
Plaza de Jemaa El Fna
Es el sitio dónde todo el mundo se encuentra en Marrakech, nunca esta vacía.
Tumbas de Saadines
En su jardín tendréis un momento de tranquilidad, antes de pasar al mausoleo y a las salas lujosamente decoradas, al cobijo del majestuoso minarete de la Mezquita de El – Mansour.
Palacio de El – Badi
Desde su terraza se contemplar una vista sin igual de la ciudad, desde la zona noreste podréis contemplar el viejo mimbar de la Mezquita de Koutoubia, un pulpito bellamente decorado con finas obras de marquetería y esculturas.