La mejor forma de conocer Zamora es por medio de visitar sus hermosos monumentos, le darán una idea de lo que fue la ciudad en el pasado y del papel activo que tiene en el presente y que desempeñará en el futuro.
Catedral
Es uno de los ejemplos más destacados de la arquitectura románica en el país. Se edifico entre el año 1151 y 1174, posteriormente durante las obras se le agregaron elementos herrerianos y góticos.
En su interior alberga diversas obras de arte: el Cristo de las Injurias, la sillería del coro, y Nuestra señora de la Majestad.
Iglesia de la Horta
Este templo del siglo XII, tiene una nave, ábside semicircular, en la fachada sur un pórtico que realmente es una nave con capillas. Los capiteles están decorados de forma diversa.
En su interior destaca las pinturas de Lorenzo de Ávila y un retablo del siglo XVI.
Murallas
Zamora se la conocía como la Bien cercada, por su tripe muralla que la convirtió en un lugar estratégico en los márgenes del río Duero. La primera era la más importante, tenía varias puertas siendo la más importante la de Olivares, por donde se accede al Palacio Episcopal y la Catedral.
Palacio de los Condes de Alba y Aliste
Este palacio señorial, es un magnífico ejemplo del estilo renacentista de comienzos del siglo XVI, actualmente es un Parador nacional de Turismo.
Destaca por el contraste sobrio de su exterior (líneas rectas y sillería) como balcones y ventanas, y la esbelta y elegante silueta de su patio. También es destacable la escalera, que se abre entre dos arcos sobre columnas.
Palacio de los Momos
Se edifica a finales del siglo quince. Su estilo es de transición, entre el isabelino o gótico más tardío y el estilo renacentista. Es conocido como la Casa de Sanabria. En la actualidad es la sede del Palacio de Justicia.
Puerta de Doña Urraca
Esta gran puerta, bien conservada, fue en la época medieval la más destacada de las murallas que protegía en casco viejo zamorano, a la que se llamada la bien cercada.
Pertenecía al tercero de los recintos amurallados, también llamado Puerta de San Bartolomé. Destaca por sus grandes torreones de sillería en forma de cubo, que custodian la entrada en un arco.