Indudablemente es el barrio más paradigmático en lo referente al patrimonio, vinculado con los descubrimientos. Desde su costa salieron los barcos del marino Vasco de Gama, para descubrir una de las rutas hacia la India y en cualquiera de sus rincones se respira la antigua grandeza del imperio portugués.
Uno de los monumentos más significativos de la ciudad, es el Monasterio de los Jerónimos, mandado edificar por el Rey Manuel I en 1501, su construcción duraría cinco años. Está ubicado en la fastuosa Plaza del Imperio. El edificio incluye elementos decorativos y arquitectónicos del gótico y del renacimiento, siendo uno de los monumentos más hermosos. A los elementos arquitectónicos, se le unen elementos de ámbito religioso, regios, náuticos y naturalistas, formando una construcción considerada la pieza más importante del estilo manuelino.
En la actualidad, en una de las alas del viejo monasterio alberga el Museo de la Marina, primordial para descubrir la historia náutica del país, además del Museo Arqueológico.
La Iglesia de Santa María de Belém, es un majestuoso templo dividido en tres naves, sustentadas por bellos pilares, que se unen con una bóveda con forma ojival. Los rayos del sol atraviesan las hermosas vidrieras, haciendo un entorno sin igual. También, se localizan allí las tumbas del poeta Luís de Camoes y de Vasco de Gama.
Cerca del río se encuentra otro monumento manuelino de interés, la Torre de Belém, concebida por Francisco Arruba en el siglo XV. Está constituida por una torre con forma cuadrangular, con una fortificación poligonal, orientada hacia el centro del Tajo. En su exterior, abundan los elementos venecianos y árabes, en las barandillas y balcones, difiriendo con el interior, que su decoración es más sobria.
El Monumento a los Descubrimientos, es mucho más reciente, se construyo en 1960 y conmemora el quinto aniversario de la defunción del Infante Don Enrique, agasajando a este promotor de los descubrimientos y a los navegantes portugueses más destacados.
Pero la animación cultural y la modernidad, también encuentran cabida en este barrio en el Centro Cultural de Belém, es recomendable recorrer sus amplios jardines, para contemplar el río o para tomarse un exquisito pastel de crema.