Aunque en la Isla de Formentera, existen más lugares de interés que sus playas, la verdad es que si por algo es conocida esta maravillosa isla, es por sus kilométricas playas. Su temperatura privilegiada y el gran número de días soleados al año, convierten a las playas de la Pitiusa menor en verdaderos paraísos para los viajeros apasionados del mar y el sol.
Destacan por lo salvaje, playas libres todavía de construcciones que rompen la belleza del paisaje, el desarrollo sostenible se está fomentando en la isla desde hace mucho tiempo y una política medioambiental de conservación muy rigurosa, hacen que continua manteniendo el encanto de un paraíso prácticamente virgen.
Veinte kilómetros de blanca arena, cristalinas y azules aguas, calas pequeñas y extensas playas pueblan la costa de Formentera. Son playas poco concurridas, aunque en la época estival los turistas crecen considerablemente, aunque siempre se pueden encontrar rincones solitarios, la gran parte ofrecen toda clase de servicios.
Los que prefieran el turismo familiar y cómodo pueden elegir Es Pujols, dónde además de pasar una jornada disfrutando del mar, podrán ir al mercadillo hippie que se instala por la tarde, o disfrutar de sus áreas comerciales actividades náuticas o restaurantes. En cuestión de actividades náutica, justamente el mejor lugar para practicarlos es el área de Illetes, un lugar muy próximo al Islote de Espamador.
Pero si buscan son rincones encantadores, más alejados podrás acercarte a Es Caló, una hermosa localidad marinera de tradición de pescadora, con una playa pequeña y próxima los acantilados de la Mola, desde dónde podrás ver el área de Ses Platgetes.
Si quieres contemplar un paisaje verdaderamente hermoso, lo mejor es elegir Cala Saona y disfrutar de las vistas que ofrece de los Acantilados de Punta Rosa e Ibiza. Otras playas tranquilas son Es Cavall en Borras y la Playa de Migjorn, con una longitud de cinco kilómetros y su situación al sur de la isla asegura una tranquilidad asegurada.
Si bien, los faros son otros lugares para visitar. El Faro de La Mola y el Faro de Cap de Barbaria, son lugares mágicos, un paseo por estos lugares proporciona una sensación increíble de soledad ante la naturaleza, que se ve destacada por el espectáculo de inolvidables y maravillosas puestas de sol.
Las formaciones rocosas de la Punta de Sa Pedrera y su desierto pétreo, así como el conocido Estany des Peix, que es una laguna marina que por medio de un brazo estrecho se comunica con el mar, y que es ideal para practicar actividades acuáticas o navegar, merecen la pena que les dediques parte de tu estancia en Formentera.