Descubrir la comarca leridana de Alta Tibagorça, representa dejarse seducir por su gente y por su paisaje natural. La capital tradicional de esta comarca es El Pont de Suert, ubicada a una altitud de 841 metros y orilla de la Noguera Ribagorzana.
Una localidad extensa es el Valle de Boí, dominada por los picos más elevados de la comarca, con un área pantanosa importante. Está formado por las poblaciones de Boí, Barruera, Cóll, Cardet, Ernill la Valls, Durro, Taüll y Saraís, que mantienen en sus cascos antiguos la arquitectura tradicional de la comarca.
Vilaller, es una localidad que se desarrolla hacia al norte de dicha comarca, y limita con el Valle de Arán, en la orilla izquierda del Noguera Ribagorzana. Esta localidad tiene un bello casco antiguo, con calles encumbradas y estrellas, y un templo de finales del siglo XVIII, que conviven con un área moderna, cerca de la carretera que lleva al Valle de Arán.
Cultura
Es una comarca rica de viajes tradiciones. La fiesta tradicional más importante son las Fallas, que se mantienen en la mayoría de las localidades de la comarca.
Las fallas son tronces con una longitud de dos metros resinosos. En la fiesta de cada pueblo, se plantan los árboles destinados al faro u hoguera del comienzo, en un lugar cercano y elevado al municipio. Cada falla es encendida por un participante y comienza la bajada hasta la localidad. Formando una hoguera con los restos de las fallas.
Gastronomía
Se caracteriza por la cocina de alta montaña, fundada en los recursos naturales y son una elaboración tradicional más antigua.
A lo largo del año, destacan dos eventos gastronómicos. En primavera, Las jornadas de la carne, donde podrá degustar en los restaurantes de la comarca las carnes selectas. En octubre, se celebran Las jornadas gastronómicas la Seta, donde se sirven las setas más deliciosas.
Naturaleza
La naturaleza de la comarca muestra una maravillosa representación de la biodiversidad que existe de especies, en un marco geográfico excepcional: los Pirineos.
Es el paraíso del agua, la vida se contemplan en las cascadas, ríos y en los frondosos bosques de coníferas, que visten de una forma única la comarca. Es un mundo cambiante y vivo, donde los animales y plantas luchan por sobrevivir en unas condiciones climáticas rigurosas, que van desde grandes nevadas hasta tormentas de verano.
Caminos, localidades, ríos, paisajes, montañas, animales salvajes, flores y árboles, forman parte de esta bella comarca leridana.