En el litoral atlántico, al sur de Tánger, se localiza Asilah, una ciudad que reúne un sinfín de artistas, conocida por sus murallas, su medina blanca y una animada vida cultural.
La medina de la ciudad obtuvo el prestigioso premio de arquitectura Agha Khan. Sus estrellas calles restauradas y definidas por viviendas blancas con postigos azules o verdes son una autentica maravilla. La ciudad antigua hispana – morisca está cercada por murallas que están fechadas a últimos del siglo XV, en la época portuguesa, de las que parte reposan sobre las rocas colgadas sobre la costa. A la medina se accede por tres majestuosas puertas monumentales y un acceso más discreto. En la Plaza de ibn Khaldoun se levanta el torreón Al Kamra, una torre portuguesa del siglo XV.
En invierno es una ciudad muy tranquila, pero se anima verdaderamente en la época primaveral y veraniega, cuando se aproximada su conocido Mussem Cultural, Desde la década de los setenta, la fama de esta ciudad atrae a bastantes artistas, la gran parte pintores del país, que exhiben un gran cantidad de obras en las paredes de la ciudad.
En el resto del año, se exhiben otras obras en el Centro Hassan II, ubicado en pleno centro de la vieja medina. El Palacio de Raissouni, se localiza en una calle cercana, es una hermosa construcción de estilo morisco hispánico que además hospeda un centro cultural. La Gran Biblioteca del Príncipe Bandar Ben Soltane, es otra construcción de interés, fue edificada en dos niveles y se inauguro hace poco, dispone además de un cibercafé y un auditorio para más de quinientas personas.
Desde comienzos de verano, las bellas playas de la ciudad y los festivales culturales atraen a los amantes del descanso y el arte.
A comienzos de agosto, cuando tiene lugar el Musseum cultural, las actuaciones en las calles, espectáculos y otras muestran van invadiendo las callejuelas de la ciudad. Un evento que se celebra desde hace más de veinticinco años.
En varios lugares os cruzareis con cientos de artistas, en el centro Hassan II dónde se reúnen artistas internacionales o en Palacio del Bajá Raissouni.
Además, en la ciudad se celebra un festival especial para las mujeres, para honrarlas y darles el reconocimiento que se merecen.
Es un placer pasear por las calles elegantes de la medina. Al anochecer, un paso obligado es la Plaza de El Krikiya, para contemplar sobre el océano la puesta de sol.