A solamente 48 kilómetros de Madrid, se encuentra Aranjuez, con su conjunto monumento declarado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Visitarlo en primavera, es una magnífica idea, ya que sus famosos jardines, se revelan espléndidos, y podrás disfrutar además de un viaje entretenido en el Tren de la fresa.
En Tren de la Fresa, es un medio de transporte original que divertirá a toda la familia. Si durante unos días visita Madrid, no puedes dejar desaprovechar esta excursión hasta Aranjuez, en este tren histórico. En 1851 se inauguró esta línea ferroviaria, siendo la segunda que existió en el país. A bordo de este singular tren, podrás recordar cómo eran los antiguos trayectos. Será un recorrido de una hora evocador, dónde el tiempo te pasará rápidamente. El tren normalmente funciona en los meses de mayo a junio, y de septiembre a noviembre, los sábados y los domingos, saliendo desde el Museo del Ferrocarril en Madrid.
El Tren de la Fresa, es una antigua máquina de vapor, dónde viajarás en vagones de madera de comienzos del siglo XX, restaurados que mantienen un acogedor ambiente. Mientras disfrutas de las maravillosas vistas, tendrás la oportunidad de probar los famosos fresones de Aranjuez, que son ofrecidos por azafatas con atuendos de la época.
La estación de ferrocarril de Aranjuez, destaca por su singular estilo neomudéjar, siendo otro de los lugares turísticos de la localidad.
Cuando llegues a Aranjuez, podrás llegar al conjunto monumental en un autobús turístico. Por el camino, recorrerás los puntos principales de interés de este municipio, que en el siglo XVI, fue elegido por los Reyes españoles como uno de sus lugares de ocio preferidos. Además, el viaje incluye la entrada al Museo de Falúas, dónde podrás contemplar la colección de embarcaciones usadas por la monarquía y una visita guiada por el Palacio Real.
Ante la fachada del Palacio Real, se hallan el Jardín del Parterre, de estilo inglés, donde destacan las fuentes con escultura. Otros dos jardines, parten de este. El Jardín del Príncipe, más boscoso de estilo gótico y afrancesado, y el de la Isla, denominado así por encontrarse entre el curso de la Ría y el Tajo. Fuentes, plazas y el cauce del río acompañan hasta la Casa del Labrador, otro palacete de estilo pabellón de Versalles, que alberga una muestra pictórica interesante.