La ciudad pontevedresa de Tui, en la Comarca del Bajo Miño, está declarada como conjunto artístico – histórico, se ha visto enriquecido el patrimonio a lo largo de los años, por su ubicación estratégica.
Ante todo, Tui destaca por su Catedral amurallada, que difundió vida económica, militar y cultural. Pendiente siempre de lo que ocurría en el país vecino, algunas veces enemigo y otras veces amigo, está en una frontera que ya no tiene uso, la autovía reemplazó al puente de hierro, que todavía mantiene y es una de las imágenes más tradicionales.
La ciudad ha ganado tranquilidad, que queda patente al pasear por sus calles de estilo medieval, por la zona declarada como conjunto artístico – histórico. Entre su patrimonio monumental destaca la Catedral gótica y románica, las Iglesias de San Telmo (barroca) y San Bartolomé (románica) y distintos miradores.
Cercca de Tui, el Monte Aloia, fue el primer espacio en Galicia al ser declarado como Parque natural, y es un mirador desde dónde podrás contemplar el Valle del río Louro y la Ría de Vito. El río desemboca en el Miño, autentico protagonista de la ciudad, que forma límite natural con Portugal.
De hecho todos los caminos que salían hacia Portugal, y que no formaban parte de la Ruta de la Plata, finalizaban calando en Tui.
Catedral de Tui
Empezó a edificarse en 1120, aunque hasta el año 1225 no fue consagrada, ya en la época del Rey Alfonso IX. Tiene aspecto de fortificación, principalmente por sus torres almenadas.
Su estructura es evidentemente románica, aunque después se le agregaron distintos elementos góticos decorativos.
Del estilo románico, destacan los capiteles que terminan las columnas interiores, mientras del que el estilo gótico destaca el pórtico del acceso principal.
Convento de Santo Domingo
Un ejemplo de la clase de construcciones religiosas que realizaban las órdenes mendicantes, concretamente los monjes franciscanos, en los pueblos y ciudades gallegas.
Su templo, es de estilo gótico con una nave de tres tramos, triple ábside, crucero acusado en planta.
El claustro ha sido reconstruido a un estilo más actual. En la escultura, destaca los canecillos, es decir, las cabezas de vigas, de tradición románica que mantiene la cornisa, así como los bajorrelieves.