Puerto Lápice se encuentra en La Mancha, todo lo que lo envuelve recuerda al Quijote, ya que en la genial novela esta localidad es citada en cuatro ocasiones. Su nombre evoca al encuentro de caminos, en la ramificación de los Montes de Toledo y el terreno de piedra lapícea que se pisa. Las viviendas encaladas y las construcciones tradicionales manchegas, nos adentran en el hechizo literario.
Calzado romana
La localización estratégica de Puerto Lápice la convierte en un paso muy importante. Por lo que probablemente los romanos continuaron los pasos de los íberos, con la calzada que unía Álava, Bastia, Consaburum y Amensarca con Laminium.
Molinos y Ventas
La existencia de la localidad se remonta a las ventas, en el siglo XVI solamente había un grupo de viviendas asentadas en un lugar de paso y donde se hospedaban los viajeros. Hasta que Carlos III concede en 1774 la independencia como villa.
Las ventas son una edificación manchega tradicional, erigida alrededor de un patio central, con mesón, habitaciones para pasar la noche, establos y soportales. Perfectas para descansar los viajeros y los caballos. En la actualidad, mantienen su estructura y algunas tienen sus patios, y ofrecen todavía algún tipo de servicio o de actividad.
Los Molinos de la Serranilla, que se han recuperado actualmente contribuyen a la imagen típica de esta bella localidad, la estampa manchega y su estilo de Quijote.
Plaza Mayor
Es una hermosa plaza de estilo manchego, con dos alturas de soportales de madera, pintados de color almagre. Es el lugar de encuentro de visitantes y vecinos. En ella tienen lugar los bailes, las fiestas y teatros, al tener una forma del tradicional corral de comedias.
En su zona oeste termina en la vieja Posada del Rincón. Al cruzar su arco de entrada, encontrará un patio de vecinos cercado por viviendas.
A la derecha, se halla un viejo pozo sobre el que se encuentra un tronco de olivo viejo, en que antiguamente colgaban la polea, la soga y el cubo, junto con un pilón pequeño.
Sierrecilla
Es un cerro próximo, que se ha recupero para acentuar esta la estampa tradicional manchega y cervantina, se encuentran dos molinos de viento que levantan sus aspas en el horizonte.